A veces la inspiración nace justo ahí, donde nadie la busca.

Así comienza nuestra historia.

Acompañado de dos amigas, un joven ascendía el cerro rumbo al mirador Cuatro Palos, lugar donde el semidesierto y los bosques de encino se encuentran.
Mientras subían, conversaban sobre cómo vivir mejor la vida.

A 2,727 metros sobre el nivel del mar, ya en la cima, contemplaron el cerro de la Media Luna y la majestuosidad de la Sierra Gorda Queretana.
Se sentaron al borde del mirador.
De la mochila, sacaron unas copas, destaparon una botella de vino, y él, sin decir mucho, se quitó los zapatos.
Una de ellas le preguntó por qué lo hacía.

—Recuerda —Respondió con sabiduría —

Regla No. 1: La vida sabe mejor descalzo.

De ahí nace nuestra inspiración.
Porque en Tierra Santiago sabemos que la vida se disfruta más cuando compartimos momentos y aventuras, cuando caminamos ligeros, nos conectamos con la tierra y soltamos todo aquello que nos pesa.

Un vino para brindar por el presente, lo simple y lo auténtico.